jueves, 16 de agosto de 2012

Le fascinaba evadirse refugiándose entre aquellos libros, evocando tiempos pasados en los que aún existían una serie de valores, códigos y normas por las que los hombres vivían, luchaban y hasta morían. Hoy en día ya no queda una mierda de todo aquello. Honor, lealtad, nobleza, honestidad. Palabras huecas en un mundo hueco. Por ese motivo, su último amparo eran aquellos libros en los que aún podía encontrar el leve vestigio de algo perdido hacía ya mucho tiempo.El documento de Saldaña. Pedro de Paz.

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