domingo, 18 de noviembre de 2012

    -Creí que hacia mas frío- comenté. Al cruzar la calle lancé la nieve y me froté la palma en el pantalón.
      Oscar sonrió y levantó su bella cabeza hacia el cielo.
    -Nada es como lo imaginamos ¿verdad?- dijo, sin dirigirse a nadie en particular. El secreto de las cosas perdidas. Sheridan Hay.

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